Introducción
2
los jóvenes, es decir, todo lo que tiene que ver con el malestar, la
delincuencia o la drogodependencia, sin tratar de entender las causas
de esos comportamientos, fruto no sólo de problemas personales sino
también de coyunturas sociales poco favorables, que han determinado
el deterioro de las aspiraciones positivas de algunos grupos de jóvenes
y el consecuente rechazo de integración en una sociedad que no
reconocen como suya.
En este panorama, que ofrece un sinfín de temas que se pueden
analizar a la hora de hablar de la juventud, hemos observado que había
uno que todavía no había sido estudiado detalladamente. Se trata de
las revistas para adolescentes, fenómeno que todo el mundo conoce
por formar parte del conjunto de publicaciones de éxito dedicadas al
sexo femenino, y que, sin embargo, nunca ha merecido la atención
exclusiva de los adultos.
De hecho, hemos notado que se trata de una aparición bastante
reciente en la historia editorial de España, ya que las primeras
cabeceras de este tipo de publicaciones y explícitamente dedicadas a
las adolescentes sólo han llegado a los quioscos a finales de los años
ochenta. Se trata de un retraso de siglos con respecto a las revistas
femeninas, que ya se publicaban en el siglo XIX, pero sólo parcial. En
realidad, hasta hace un par de décadas no se reconocía a las
adolescentes como un grupo de edad digno de atención porque, al
dejar la infancia, la vida de la joven mujer se proyectaba ya hacia el
matrimonio. Por eso, todas las cuestiones que tenían que ver con las
jovencitas se trataban en las revistas femeninas que enseñaban a
convertirse ya en perfectas mujeres, es decir esposas y madres. Sólo
en la segunda mitad del siglo XX, gracias también al logro de un
poder adquisitivo y de un reconocimiento de sus peculiares
exigencias, las adolescentes han empezado a tener publicaciones
dedicadas a ellas: primero los tebeos, y, enseguida, las revistas que
analizaremos. De hecho, las grandes editoriales han sido mucho más
conscientes al interpretar las demandas del mercado de la prensa que
los estudiosos de ese sector, que, hoy día, siguen ignorando casi por
Introducción
3
completo la importancia de las publicaciones juveniles, mientras
existen varios estudios sobre otro fenómeno paralelo, el de las revistas
femeninas y del corazón.
Al estudiar la prensa juvenil hemos evidenciado cuáles eran los
temas principales a partir de los textos mismos, un corpus formado
por cinco cabeceras muy populares en España: Vale, SúperPOP,
Bravo, Ragazza e You. Hemos analizado su publicación a lo largo de
un período de aproximadamente cinco meses por lo que se refiere a su
versión tradicional, aunque hemos seguido estudiando el material
publicado en internet que, de momento, sólo se refiere a Ragazza. El
análisis de las revistas nos ha obligado a plantearnos algunos
problemas: ante todo, el de la definición del público de las cabeceras y
de la diferencia entre jóvenes y adolescentes, en segundo lugar, nos
hemos dado cuenta de que el tema principal que aparece casi como
hilo conductor de todas las revistas es sin duda el sexo. Es más, el
sexo ha resultado el principal atractivo de estas publicaciones, por ser,
en absoluto, el tema de mayor interés en la adolescencia. Por tanto,
nos ha parecido imprescindibile estudiar este aspecto a la hora de
hablar de las adolescentes y de sus lecturas, puesto que no se puede
menospreciar la importancia de esas publicaciones como elementos
formativos de las jovencitas y también como espejo de su forma de
hablar. Teniendo en cuenta todos estos elementos, hemos decidido
ocuparnos del lenguaje utilizado para hablar del sexo en las revistas
juveniles, aunque seamos concientes de que se trata de un tipo de
producto creado por los adultos, aunque con la participación de las
jovencitas, y también de que se trata de un medio escrito con todo lo
que implica en el plano de la espontaneidad y formalidad expresiva.
Cabe decir que el interés lingüístico de nuestro trabajo ha tenido
que mezclarse con un análisis de muchos factores que juegan un papel
importante a la hora de condicionar el uso de la lengua en el corpus
estudiado. Debido a la falta de trabajos puntuales y completos sobre el
tema que hemos elegido, hemos tratado de entender cuáles son las
variables del problema y hemos analizado el tópico a partir de
Introducción
4
diferentes puntos de vista. En otras palabras, hemos intentado aislar
esos aspectos que nos podían interesar a partir de estudios académicos
que discutían rasgos relacionados con nuestro tópico y los hemos
utilizado para crear nuestro itinerario de estudio con la intención de
crear un cuadro lo más completo posible. En primer lugar, hemos
desarrollado un análisis diacrónico de la historia de la prensa femenina
española, tratando de subrayar todo lo que tenía que ver con las
adolescentes, hasta llegar al nacimiento de las publicaciones
específicas. Ese análisis diacrónico ha ido acompañado por un
resumen de cómo se ha desarrollado el pensamiento en relación al
papel en la sociedad de la jovencita y de la mujer a partir del siglo
XIX. En segundo lugar, hemos intentado definir el lugar ocupado por
la prensa juvenil en el panorama de la prensa española, tratando de
evidenciar diferencias y semejanzas con las demás publicaciones para
un público femenino, y también con respecto a las producciones
juveniles de tipo contra-cultural. Como tercer punto, hemos decidido
analizar con más detalle la idea de juventud en la sociedad de hoy,
hasta llegar a hacer un cuadro de qué modelos de adolescencia y qué
valores defienden las revistas de las que nos ocupamos. Todo eso es
muy importante porque el discurso de la revista contribuye a dar
forma al pensamiento de las lectoras mismas, es decir a moldear su
visión del mundo, en especial modo por lo que se refiere a la vida
sexual y a los sentimientos. Por último, hemos llegado a observar los
fenómenos lingüísticos presentes en la prensa juvenil al hablar de
sexo, tratando de subrayar los rasgos del habla femenina, las
interferencias del lenguaje coloquial y del argot, y el discurso llevado
a cabo por la revista. Nuestro objetivo será evidenciar hasta qué punto
la prensa juvenil refleja la manera en que realmente hablan las
adolescentes y cuánto influye el discurso de la revista en modificar
tanto la cosmovisión como el lenguaje de las jóvenes lectoras.
7
CAPÍTULO I
HISTORIA DE LA PRENSA FEMENINA Y JUVENIL
DESDE SUS ORÍGENES HASTA HOY:
1.0. Premisa
Las publicaciones para adolescentes son muy recientes con
respeto a los demás productos del panorama periodístico actual y son,
de alguna manera, hijas de las revistas para mujeres, como lo podrían
ser las jovencitas con respeto a las mujeres adultas que forman parte,
respectivamente, del target de éstas. Por esa razón, en nuestro
recorrido a lo largo de la historia de la prensa femenina,
encontraremos el fenómeno que nos interesa analizar al final de un
proceso que ha empezado muchos siglos atrás. Sin embargo, si
queremos ser más rigurosos, tenemos que reconocer que, en virtud de
la declarada función didáctica de la prensa femenina del pasado
1
,
siempre se ha dedicado especial atención a las chicas adolescentes,
porque eran las que más necesitaban una preparación para la vida
adulta, y sobre todo una verdadera educación sobre lo que significaba
ser mujer en su tiempo. En fin, antes de emprender este recorrido por
la historia de la prensa femenina, es preciso aclarar otro punto: el tipo
de revistas dedicadas a las mujeres ha cambiado en el tiempo, aunque
veremos que ha cambiado más en la presentación exterior que en sus
contenidos, adaptándose a los cambios de la sociedad y a la manera de
entender el papel de la mujer, y, por ende, de las adolescentes. Por
tanto, nuestro viaje hacia atrás en la historia no será un listado de
títulos de publicaciones sino una fotografía de cómo se ha desarrolado
la imagen misma de la mujer en los últimos siglos.
1
Para un estudio más detallado del didacticismo en la prensa femenina, véase Massa (1999), El
peculiar didacticismo de la prensa femenina española de los años noventa. Memoria de
licenciatura de la SSLMIT de Forlì.
Historia de la prensa femenina y juvenil desde sus orígenes hasta hoy
8
1.1. Nacimiento de las revistas para mujeres
Según los datos históricos que tenemos, podríamos considerar
que la prensa periódica nace con las gacetas del siglo XVII,
caracterizadas por su “seriación, regularidad, periodicidad…
cualidades asociadas asimismo a una creciente riqueza y variedad de
contenidos informativos” (Fuentes & Fernández Sebastián, 1997: 17),
pues hablaban de política, economía, acontecimientos importantes
como guerras, catástrofes naturales, fiestas religiosas. Se trataba de
sucesos de interés público que no tenían mucho que ver con el mundo
de las mujeres, cuyo papel coincidía con el cuidado de la casa y de los
niños, ocupaciones muy concretas y cotidianas de las que no se podían
escapar. Las mujeres, por lo tanto, no formaban parte del público de
estas primeras publicaciones, que podríamos calificar de periodísticas,
porque estaban fuera de su campo de interés. Además, se tiene que
tener en cuenta que entonces las personas que sabían leer
representaban un porcentaje muy reducido de la población, y que las
mujeres sólo eran una minoría muy pequeña, porque exclusivamente
las niñas de clase social muy alta o las muy ricas tenían acceso a la
instrucción. Es más, la idea misma de educación tenía un significado
diferente para hombres y para mujeres (Gallego Ayala, 1990: 38): los
primeros tenían que aprender a ocuparse de asuntos como la política,
la economía y los negocios, las segundas tenían que aprender cómo
encarnar el ideal de mujer que la sociedad quería para ellas, o sea, ser
guapas, discretas y honestas, y cómo cuidar el hogar, o sea aprender
sobre preparación de alimentos, recetas medicamentosas o de belleza,
fabricación de vestuario, etc. Las mujeres, por tanto, necesitaban un
tipo de publicaciones diferente, algo más cercano a sus problemas
cotidianos e intereses, y la respuesta llegó muy pronto: ya en el siglo
XVII empezaron a publicarse revistas especializadas para mujeres, en
paralelo con lo que Fuentes y Fernández Sebastián llaman
gaceterismo, dedicado a los varones (1997: 16). Además, en el mismo
periodo nacen las women’s pages (Gallego Ayala, 1990: 22), unas
Capítulo I
9
secciones separadas de periódicos y revistas de la prensa oficial,
especialmente escritas para mujeres. El análisis de la historia de las
publicaciones para mujeres ha evidenciado una fuerte mortandad de
estas obras, justificada no sólo por el límite representado por la escasa
alfabetización, sino también por otros dos factores: por un lado, estas
revistas dependían económicamente de los fondos de las subscriptoras
(Fuentes & Fernández Sebastián, 1997: 62), que eran muy pocas, ya
que las mujeres no tenían derecho a la propriedad de dinero, por otro
lado, muy a menudo eran víctimas de los frecuentes cambios políticos,
y de las censuras que conllevaban (Gallego Ayala, 1990: 38). A pesar
de todo, han sobrevivido superando las interrupciones, los fracasos y
los problemas hasta llegar al éxito del que gozan actualmente.
La primera publicación para mujeres que merezca ese título es
The Lady’s Mercury, «The polite Repository of Amusement and
Instruction», publicada en Inglaterra en 1693. Esta revista, como nos
informa ya el subtítulo, tenía como objetivo divertir e instruir al
mismo tiempo, porque se consideraba obvio que las mujeres no
estaban preparadas para desempeñar su papel en la sociedad y
necesitaban una ayuda por parte de otras mujers con más experiencia,
por ejemplo, una amiga mayor. Se identifica, de hecho, con la figura
de la old woman (Beetham, 1996: 22-23), la mujer que puede dar
consejos porque representa un ejemplo de vida recta, de experiencia,
en pocas palabras, el ideal para imitar. La old woman no era nada más
que el precursor de las secciones dedicadas a consejos personales y
sentimentales de nuestras revistas contemporáneas. Es más, en esas
primeras revistas, como en las de hoy, se da mucha importancia al
tema de los sentimientos porque se considera que encontrar el amor y
conquistarlo no es fácil (Beetham, 1996: 22), razón que justifica la
necesidad de la ayuda de una amiga con experiencia, y que nos
confirma que toda la vida de la mujer estaba proyectada hacia la
convivencia matrimonial y el hogar, “tal vez porque el matrimonio
[era] la carrera de la mujer en nuestra sociedad” (López García &
Morant, 1995: 247). Estos postulados son muy importantes en el
Historia de la prensa femenina y juvenil desde sus orígenes hasta hoy
10
contexto de nuestro trabajo porque evidencian que había un tipo de
publicaciones dedicadas a mujeres, sobre todo a las más jóvenes, las
que no sabían cómo obtener el amor y un buen matrimonio, y, desde
luego, cómo ocuparse de su pequeño reino, el hogar. Veremos
después que en la historia de la prensa femenina se han publicado
muchas revistas de distintos tipos, desde las dedicadas a mujeres
jóvenes, hasta las dedicadas a las madres, o a las mujeres cristianas en
general, sobre todo en España.
1.2. El panorama internacional de la prensa femenina
Antes de ocuparnos de la variedad del panorama español de
revistas para mujeres trataremos de resumir la historia de este sector
en los países que han tenido relaciones significativas con España en
los siglos pasados, o sea Inglaterra, Francia, Estados Unidos y
Alemania. Veremos cómo la contribución de estos países se puede
entender de dos maneras: tanto en sentido cultural, con implantación
de modelos de prensa femenina y de ideales de mujer, como en
sentido económico, con la entrada del capital extranjero en las
empresas editoras de muchas revistas españolas.
Empezaremos hablando del caso de Inglaterra por el hecho de
ser el país pionero en el nacimiento de este sector con su Lady’s
Mercury del que ya hemos hablado, además de otras muchas
publicaciones que mencionaremos, y, sobre todo, por haber fijado de
alguna manera las características esenciales del género. Las revistas
femeninas inglesas empiezan a tener alguna difusión entre los siglos
XVIII y XIX ; nacen como producto para mujeres nobles: recordamos
cabeceras como el Lady’s Monthly Museum o Polite Repository of
Amusement and Instruction (1798-1832), el Lady’s Magazine (1770-
1832), y La Belle Assembleé (1806-1832), (Massa, 1999: 42). Se
trataba de revistas de alto nivel, dedicadas a las mujeres bien, que
combinaban formas de recreo, con aspectos más didácticos: ofrecían
consejos prácticos a la vez que incluían cuentos, poesías, cartas
Capítulo I
11
escritas por las mismas lectoras, que tenían así su forma de expresarse
en una sociedad profundamente machista, como podía ser la
decimonónica. Había, en aquella época, un intenso intercambio entre
la redacción de las revistas y sus lectoras, rasgo se mantiene hoy en
día, y, en efecto, los sustantivos magazine, que significa almacén, o
museum y repository nos dan la idea de variedades de temas y de
contribuciones que formaban parte de estas revistas (Massa, 1999:
42). Sin embargo, el objetivo fundamental era mantener el papel de la
mujeres según las convenciones de esa época, o sea, enseñar a ser una
perfecta mujer en la sociedad además de una perfecta esposa y ama de
casa. Con el transcurrir del tiempo, el desarrollo de la vida en las
grandes ciudades y los cambios aportados por la Revolución Industrial
en el tejido social, variaron las exigencias de las mujeres: ya no se
trataba de educar a la hijas de la nobleza sino ayudar a las mujeres de
las clases más bajas a hacer frente a muchísimos problemas de la vida
cotidiana. Para satisfacer esta demanda nacieron numerosas revistas,
algunas dedicadas a la familia, otras más frívolas hablaban de moda y
también había alguna de carácter religioso, que sólo trataba temas
espirituales. Recordemos, por ejemplo, las revistas para familias:
Family Friend y Family Economist que ayudaban con la ficción y la
correspondencia la primera, y con sugerencias de tipo eminentemente
práctico la segunda (Massa, 1999 : 44). El Christian Lady’s Friend
(1832-33) y el Christian Lady’s Magazine (1834-49) representan las
cabeceras de inspiración religiosa y moralizante y, en efecto, se
ocupaban del aspecto espiritual de la vida, tratando de despertar las
conciencias de las mujeres en sentido religioso y civil, empujándolas,
por ejemplo, a adquirir un papel activo en la vida política y
económica. Había también revistas de este talante pero dedicadas a la
educación de los hijos, que no daban consejos prácticos y tampoco
hablaban de temas tan frívolos como la moda y la ropa, que, en
cambio, eran el tema principal de revistas como Le Beau Monde. Las
revistas que hemos considerado hasta ahora son de tipo bastante
específico y sectorial ya que sólo en 1852 aparece una revista
Historia de la prensa femenina y juvenil desde sus orígenes hasta hoy
12
completa, el Englishwoman’s Domestic Magazine, dedicado a mujeres
de clase más baja con respeto a las lectoras de las primeras revistas,
pero con una variedad notable de temas que van desde las poesías y
los cuentos, a las cartas de las lectoras, la moda, las recetas, y consejos
personales, una serie de características que han heredado las revistas
modernas.
En Francia, la prensa femenina se desarrolla aproximadamente
en paralelo con respeto a Inglaterra, lo que contribuirá también a
determinar las pautas del género, sobre todo por lo que se refiere a la
moda. La primera revista femenina francesa, publicada ya en el siglo
XVIII, es le Journal de les Dames (1759-1778), que nació como
publicación literaria y después pasó a tratar sobre todo de moda. La
Revolución Francesa vio también la participación de las mujeres, que
lucharon por el reconocimiento de sus derechos, sin tener demasiada
suerte, pero ya se empezaba a tener conciencia de la nueva situación
social, y en 1790 se publicó Les Annales de L’Education et du Sexe.
El periodo de la Tercera República, que coincide con la mayor parte
del siglo XIX y los años hasta la Segunda Guerra Mundial (1841-
1940), es el de mayor desarrollo del sector que llega a consolidar sus
formas de expresión, con títulos como La Mode Miniature Fémenine
Illustreé, y Le Petit Echo de la Mode, una revista de inspiración
católica, que se convertirá en Femmes d’Aujourd’hui en 1974,
demostrando una supervivencia mucho más larga que el promedio de
este tipo de revistas. Sin embargo, el desarrollo social no ha acabado
porque en los años de entreguerras Coco Chanel, con su personalidad
transgresiva y su talento en la moda, revolucionó el mercado,
otorgándole más brillo. Nacen grandes revistas de moda, como Le
Jardin des Modes, Modes et Travaux, Mon Ouvrage, Fémina, Le
Femme Chic y Vogue. En 1937 se funda también Confidences, la
primera revista del corazón, y, en 1938, Marie Claire, nacida con la
intención declarada de representar a la mujer francesa
Capítulo I
13
Marie Claire en nuestro espíritu es el tipo de la joven y de la mujer
francesas, a la vez sencilla y elegante, entusiasta y mesurada, valiente.
Obstinada sin orgullo en la tarea cotidiana, pero al mismo tempo muy
alegre. Todas vosotras sois un poco Marie Claire, y esta revista ha estado
concebida para vosotras (En Gallego Ayala, 1990 : 72).
En aquellos años se consolidan estilos, modelos de mujer y de revista
diferentes: Le Petit Echo de la Mode representa la versión más
tradicional y práctica, Marie Claire es la revista moderna que respira
los influjos estadounidenses, y, por último, Confidences, la más
popular y sentimental. Algunas de estas revistas siguen existiendo y
se han internacionalizado llegando a publicarse en muchísimos países,
incluso en España, llevando consigo el gusto y la moda francesa.
Veremos después que el éxito o el fracaso de una revista extranjera en
un país depende del modelo de mujer que propone, que puede ser más
o menos atrevido, con respecto al desarrollo social del mismo país. En
el caso de Marie Claire, o de Elle, es evidente que se trata de
publicaciones que se han insertado en la faja alta de la prensa
femenina española, o sea entre las revistas para una mujer rica y de
cierta clase social, gracias a su prestigio y a su moderación con
respeto al modelo de mujer defendido.
La condición de Estados Unidos es un poco diferente porque la
prensa femenina propiamente dicha empieza a existir después de la
guerra civil, porque antes era demasiado fuerte la influencia de las
revistas que llegaban desde la vieja Europa, por ejemplo, las francesas
que dictaban la ley en el ámbito de la moda. A final del siglo XIX
nacen algunas revistas de tipo muy diferente entre sí: desde los
periódicos sufragistas como el Woman’s Journal, a revistas más
tradicionales como Ladies’ Home Journal, Woman’s Home
Companion, Good Housekeeping, McCall’s, Delineator, etc., que
repiten los temas clásicos del cuidado de la familia y del hogar. Cabe
mencionar el nacimiento de Vogue, en 1892, que ya en los años
Historia de la prensa femenina y juvenil desde sus orígenes hasta hoy
14
veinte, bajo la dirección de Edna Woolman logró representar a una
mujer más moderna y se publicó incluso fuera de EE.UU. En los años
del boom económico, las décadas de los ’50 y ’60, las mujeres
americanas obtuvieron una mayor independencia y sus lecturas se
diversificaron: desde las revistas populares y prácticas, como
Woman’s Day y Family Circle, hasta las más modernas, como
Mademoiselle, Glamour, Redbook y Cosmopolitan. Estas últimas
seguramente representan la corriente más atrevida y joven de la prensa
femenina mundial, y, justo por esa razón, no siempre les ha sido fácil
insertarse en los mercados nuevos, especialmente en los más
tradicionalistas o ligados a la cultura católica. De vez en cuando,
como en el caso de España, sólo ha sido posible conquistar una parte
del mercado después de un fracaso, pero volviendo cuando los
tiempos y la sociedad estaban más maduros.
Para concluir nuestro rápido recorrido por la prensa femenina de
los países que más influjos tuvieron en España, quisiéramos citar
brevemente la prensa femenina alemana. La importancia de esta
contribución es sobre todo de tipo económico, porque el grupo Gruner
& Jahr es el primero en entrar con su capital en la prensa femenina
española en 1978, pubblicando las revistas Dunia y Ser Padres.
Dunia, que es la versión española de la alemana Brigitte, representa
un modelo de mujer moderna pero moderada, inteligente, curiosa,
femenina, sin ser demasiado audaz (Gallego Ayala, 1990: 69-70).
Abrirá, por tanto, el mercado español a las revistas extranjeras,
anticipando incluso a las estadounidenses, demasiado atrevidas,
juntándose con las revistas nacionales de las cuales hablaremos ahora.
Capítulo I
15
1.3. Los orígenes de la prensa femenina española: el siglo XIX
En España, las primeras noticias que tenemos en referencia a
publicaciones femeninas tratan de las dificultades que encontraron los
que querían publicar algo para las mujeres. En 1795 el rey Carlos IV
vedó sin justificación explícita la publicación de un periódico que se
tenía que llamar Diario del Bello Sexo, y advirtió que tampoco
después permitiría publicar un diario femenino. En 1804 tuvo lugar
otro fracaso en un intento de crear una revista para mujeres: el
presbítero Antonio Marqués Espejo no pudo publicar su Lyceo
general del bello sexo o Décadas erúditas y morales de las damas,
aunque se admitió que
Un periódico de esta naturaleza sería útil si con él se logra que las mujeres
se apliquen a leer y aprender las cosas que le sean necesarias para el mejor
desempeño de las obligaciones que tienen y pueden tener en la sociedad
(Roig Castellanos, 1977: 10).
Sin embargo, se tiene que considerar que ya en esa época algunas
mujeres habían empezado a trabajar como periodistas, usualmente en
ayuda a sus maridos y bajo pseudónimo porque, de otra forma, no
hubieran obtenido la atención que merecían. Esa práctica, nacida en
épocas tan lejanas, sigue hoy día, sobre todo gracias al nacimiento de
una prensa escrita por y para la mujer.
La primera revista femenina del mundo hispánico se fundó en
una colonia, precisamente en La Habana, en 1811 y se tituló El
Correo de las Damas. En España, hasta 1822 no aparece un periódico
femenino, El periódico de las Damas que, probablemente creado por
el grupo de banqueros y negociantes franceses que entonces
financiaba El Censor, tuvo que cerrar un año después por falta de
subscripciones. El ideal de mujer que sustentaba este tipo de revista, y
que defendían las mismas mujeres de clase noble a las cuales estaba
dedicada, era el de ángel del hogar: en el siglo XIX era opinión común
Historia de la prensa femenina y juvenil desde sus orígenes hasta hoy
16
que el lugar de la mujer estaba en casa, en el seno de la familia,
porque nacían para casarse y tener hijos, cuidarles y a su compañero
de vida al mismo tiempo. Según El Periódico de las Damas
En el estado social la mujer debe perfeccionarse para el hombre, y ambos
para la sociedad entera […] la dulce confianza del corazón del hombre, el
alivio de sus trabajos, el objeto de su tierno amor, el descanso de los
cuidados domésticos [...]; sensibile, sufrida, sumisa […] a manera de ángel
sobre la tierra
2
.
Como el matrimonio representaba el futuro obligatorio para las chicas,
especialmente para las niñas de alto nivel social, era muy importante
educarlas para ser una perfecta compañera de vida y para vivir en
sociedad. En el sexto número de El Periódico de las Damas se dedica
una sección a las adolescentes, retomando la idea de la old woman, de
la mujer más vieja y con más experiencia: se trata de las “Cartas de
una madre a una hija que va a tomar estado”. Este apartado constituye
una pequeña colección de consejos que se refieren a la vida de mujer
casada y madre. Antes de hablar de otras revistas, se tiene que
subrayar el hecho de que El Periódico de las Damas se ocupa ya de
temas tan modernos como la cuestión del trabajo femenino, pero lo
hace desde un punto de vista bastante tradicionalista: no se trata de
defender el derecho de la mujer a trabajar en cuanto miembro del
tejido social y como forma de independencia económica del hombre,
sino de luchar por una profesionalización y una mayor consideración
de las mujeres que ya trabajan porque su condición social y
económica lo impone.
Algunos años después, en 1833, aparece El Correo de las
Damas, una revista que se ocupa de temas un poco más frívolos y que
se define a sí mismo un “periódico de modas, bellas artes, amena
literatura, música, teatros, etc.”. Lo que preocupa ya no es tanto
2
El Periódico de las Damas (1822) N. 1 “Discurso Preliminar: A Las Señoras”. En Jiménez
Morell (1992) citado en Massa (1999: 46).
Capítulo I
17
educar a la mujer sino ofrecer un instrumento de diversión. Siguen
estas tendencias revistas como El té de las Damas (1827), La
Espigadera, El Buen Tono, La Psiquis y La Mariposa (1839-40), que
contienen sobre todo ilustraciones de moda, figurines, grabados,
dibujos para trajes femeninos, masculinos y para niños. En efecto, se
consideraba que la moda no era nada frívolo, por el contrario era una
actividad que estimulaba la economía nacional, impulsando la
producción industrial y las artes. El tema recoge un éxito tan grande
que en 1842 nace otra publicación de este tipo, llamado prensa de
“moda y salones”, La Moda (1842-1927), una de las revistas
femeninas más duraderas de la época, y que, como explica el mismo
nombre, estaba dedicada a la moda y a los productos de consumo,
aspectos de gran relevancia también en las revistas femeninas de hoy
día.
En 1843 Isabel II alcanza su mayoría edad y se convierte en la
nueva reina de España: su largo reinado, que ocupa los años centrales
del siglo llegando hasta 1868, estuvo marcado por el moderantismo en
campo político y por una mayor democratización y estabilidad de las
instituciones. Al mismo tiempo las innovaciones tecnológicas y las
mejoras del sistema de educación, limitadas éstas casi exclusivamente
al norte y al centro del país, permiten ampliar la base de lectores,
aunque sea el analfabetismo el principal enemigo del desarrollo de la
prensa a lo largo de toda la historia de España. El género de la prensa
femenina en este periodo se consolida, gracias a la contribución de las
mujeres que empiezan a ocuparse cada vez más de la redacción de las
revistas, muchas veces para escapar del aburrimiento de la vida de
mujer noble (Massa, 1999: 48). Estas mujeres de clase social elevada,
educadas en una sociedad profundamente machista y de tipo
patriarcal, serán las portavoces del sistema tradicional y acabarán por
defender el papel de la mujer casada y madre, cuyo único espacio de
acción es la casa. Sin embargo, empieza a encenderse el debate sobre
las ideas de educación y de instrucción, según Gallego Ayala