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INTRODUCCIÓN
Este trabajo analiza la imagen de la ciudad de Venecia en la literatura argentina.
Estudia, además, las modificaciones que han afectado la idea y la representación de la
realidad antes y después de la revolución artística y cultural vanguardista en esta región.
El tema se presenta a través del análisis de las obras de ochos autores y autoras cuya
importancia en la literatura, no sólo argentina, sino también americana y mundial se
debe a su capacidad de ser intérpretes y reveladores de procesos y verdades profundas.
Por esta razón el análisis de sus creaciones literarias permite comprender las causas más
íntimas de la evolución histórica, social y cultural de su continente y del mundo
occidental.
A partir de la visión romántica de Venecia vista, trás de su derrota por parte de
Napoleón Bonaparte, como imagen de la caída y opresión, se considera el papel de
comparación atribuido a la ciudad en las relaciones de viaje de Domingo Faustino
Sarmiento y Ricardo Rojas. Las visitas venecianas de estos periodistas despiertan en
ellos una confrontación con la realidad de la cual ambos proceden que caracteriza el
estilo de sus escrituras. Sus trabajos describen de manera precisa y detallada la ciudad
que se identifica, así, como una simple entidad urbana y geográfica. Se evidencia
además el simple papel de marco escénico que la ciudad tiene en la obra de Lucio V.
Mansilla. Se intenta, en este modo, destacar el enfoque descriptivo con el que los tres
autores se relacionan a un lugar que, a pesar de estar abierto a muchas interpretaciones y
comparaciones con la realidad americana, conserva el valor de su esencia material. En
un mundo en el que el rol del arte es el de expresar la realidad, aún a través de
interpretaciones subjetivas, pero sin dudar de su verificabilidad, Venecia entra en la
literatura rioplatense a través de las formales y precisas descripciones, que la consideran
una simple entidad geográfica localizada y concreta.
En la segunda parte, gracias al análisis de los cuentos de Jorge Luis Borges, Adolfo
Bioy Casares, Julio Cortázar y Luisa Valenzuela y de la obra teatral de Jorge Accame,
se estudia la manera en la que la disminución del alcance comercial de Venecia y la
consecuente pérdida de su papel identitario hayan logrado convertir la ciudad en una
metáfora de la experiencia humana. Se considera la capital importancia atribuida por
estos autores a elementos más abstractos de los tomados en consideración por los
escritores anteriores. Sobre todo se evidencia la importancia de factores como el
carácter laberíntico de la ciudad, su desdoblamiento, el contraste entre la riqueza de sus
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palacios y la pobreza de la estructura en la que apoya y el papel de la máscara y de la
ficción en la definición de su carácter. Se quiere demostrar así que Venecia llega a ser el
símbolo más emblemático y representativo de los cambios culturales que a comienzo
del siglo han puesto en duda el carácter absoluto de la verdad.
Ya a partir de la revolución darwiniana la humanidad ha tenido que enfrentar la
relativización de su posición central en el proceso de evolución, sufriendo así una de las
grandes heridas epistemológicas de su historia. Sucesivamente, la teoría freudiana ha
revelado la fragmentación del yo desestabilizando nuevamente las certidumbres
existenciales del hombre. Finalmente Albert Einstein ha comprobado que el tiempo no
puede ser definido de manera independiente y absoluta y el espacio no es lo que la
ciencia había creído hasta aquel entonces. A todo esto se añade el descubrimiento de
que la materia misma no es algo concreto y constante sino que está generada por
fluctuaciones y probabilidades. En este ámbito los horrores del primer conflicto mundial
revelan que la humanindad es capaz de atrocidades inimaginables hasta aquel entonces.
Esta evidencia ha provocado el desmoronamiento de todo un sistema de valores y
verdades sobre el cual se había edificado la manera de concebir la realidad y el papel
que el hombre jugaba en ella. A partir de este momento toda verdad se relativiza. Se
pone en duda hasta el valor absoluto de la realidad misma, destruyendo también la idea
de unidad y hasta de existencia de la identidad humana. Se confuta hasta el papel del
hombre, convocándolo directamente en la definición y en la determinación del mundo y
de la realidad.
En el primer capítulo se estudia la carta que Sarmiento dedica a la ciudad véneta en su
obra Viajes por Europa, África I América: 1845-1847 en la que analiza la condición
histórica, política y social de Venecia considerando al mismo tiempo las semejanzas con
su país.
En el capítulo sucesivo se analiza la manera con la que Lucio Mansilla, ambientando
una de sus Causeries del Jueves en ese mismo lugar lo transforma en un escenario que
hace resaltar su personalidad.
Finalmente, en el tercer capítulo se considera la carta de Ricardo Rojas en la que el
periodista argentino utiliza la descripción de Venecia para reflexionar sobre el
encuentro con el monarca español Carlos VII y el contraste cultural que este
acontecimiento revela.
En la segunda parte se observa el cambio de papel sufrido por la ciudad véneta que deja
de ser el núcleo de las obras de los autores analizados para convertirse en una escusa. El
3
cambio cultural y social provocado por los descubrimientos científicos citados antes, se
ha reflejado, en el ámbito artístico, en el nacimiento de la estética vanguardista. Este
nuevo estilo ha caracterizado de manera tan profunda la literatura argentina que ha
creado una fractura después de la cual ya no ha sido posible considerar la ciudad véneta
en la misma manera. Venecia romántica ya no existe.
La ciudad llega a ser en un simple pretexto literario que permite la investigación de
asuntos que atañen un ámbito que queda fuera de los límites de la materialidad y de lo
evidente.
En el quinto capítulo se examina el texto «Venecia» que Borges incluye en Atlas. Para
el escritor bonarense la realidad es sólo el símbolo y reflejo de la laberíntica mente
humana.
En el sexto capítulo se estudia el cuento «Máscaras Venecianas» de Bioy Casares donde
la identidad humana, y por lo tanto la realidad que de su existencia depende, está
vinculada a una confirmación que sólo es alcanzable a través de la confrontación con la
otredad. Esto revela la presencia de muchas otras identidades que, como máscaras,
impiden ver la verdadera cara revelando que no es posible determinar la esencia humana
y por lo tanto anulando el valor del concepto de realidad.
En el capítulo siete, a través del cuento «La barca o nueva visita a Venecia» de Julio
Cortázar, se presenta la idea de que lo visible no es sino una manifestación ficticia, de
carácter teatral de una realidad asombrosa e increíble que queda escondida debajo de las
apariencias de lo cotidiano.
En la obra de Accame, Venecia, analizada en el capítulo ocho, se confirma la naturaleza
ficcional y pluridimensional de un mundo que, como un escenario, esconde planos y
estructuras que cuestionan el valor absoluto de la representación, y de este modo
destruyen la posibilidad de entereza y unidad obligando al hombre a redefinir sus ejes
existenciales en la fragmentación.
Por fin, analizando el cuento de Luisa Valenzuela «El deseo hace subir las aguas» en el
capítulo nueve, se considera una posible realidad que ha quitado valor a sus certezas,
llegando a la posibilidad de encontrar una eventual verdad en la coexistencia de la
pluralidad y de la diversidad.
Este recorrido llevado a cabo siguiendo las huellas de la ciudad de Venecia en la
literatura argentina permitirá enfrentar los grandes cambios identitarios y culturales
realizados por el continente en el último siglo.
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Capítulo 1
LA DECEPCIÓN DE SARMIENTO
1.1 Venecia romántica
El e sc ritor fr a n c é s P . Mora nd de c ía qu e “ L e s canaux de Venise sont noirs comme
l’e nc r e ”
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aludiendo a la abundancia y a la pervasividad de la influencia de la ciudad en
las letras, sugeriendo además, que cierto porcentaje de la identidad de la ciudad, o sea
de su representación en el imaginario común, se debe a las palabras de los que han
cantado su grandeza y sus miserias. La cantidad de personajes literarios que han
cruzado sus puentes y de vivencias a las que sus palacios góticos han ofrecido
escenario, atestigua la variedad temática de la ciudad, así como su capacidad de ser
expresión diacrónica de la época que vive.
Esto se ha dado porque Venecia, ciudad que por su misma esencia vive fuera del tempo
y al mismo tiempo está eternizada por su fama, ha sabido mudar su papel a lo largo de
los siglos y de los grandes eventos históricos revelando una naturaleza que ha pasado de
ser poeticamente comercial a prosaicamente metafórica. Venecia es hoy, más que una
agrupación urbana, un conjunto de temas y símbolos detrás del cual es posible leer una
verdad más profunda.
Precisamente por esta razón, siguiendo el vuelo de la que Lucio V. Mansilla define la
“ blanc a ga viot a ”
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en el cielo de la literatura hispanoamericana, es posible ver reflejadas,
en sus evoluciones, las grandes mutaciones y convulsiones que han acompañado el
continente en su búsqueda de una identificación identitaria libre de las influencias
europeas.
Sin embargo, antes es necesario comprender cómo se ha modificado la identidad de
Venecia a partir del romanticismo hasta el momento actual, cambios en los que los
escritores que se analizarán en este ensayo han sabido vislumbrar significaciones más
amplias que atañen el sentido profundo de la realidad que los rodea.
1
P. Morand, Venises, Gallimard, Nrf, Paris, 1971, pág. 33.
2
Cfr. L. V. Mansilla, «En Venecia» en Entre nos/Causeries del jueves, en:
http://www.biblioteca.clarin.com/pbda/cuentos/entrenos4/b-608117.htm el día 19.02.14.
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El 12 de mayo de 1797 la ciudad de Venecia se rindió al ejercito de Napoleón
Bonaparte quien forzó al Dogo Ludovico Manin para que abdicara, disolvió el Gran
Consejo, el más importante órgano político de la República, y creó un gobierno
provisorio. Después de más de mil años de historia la Serenissima ya no existía. A pesar
de las repercusiones que este acontecimiento tuvo para la ciudad véneta, la conquista de
Venecia no era sino una ficha en el tablero más amplio de las campañas de Italia y de la
guerra contra el imperio austriaco cuya derrota se concretizó con el Tratado de Campo
Formio del 17 de octubre de 1797. Una cláusola secreta de este acuerdo entre el imperio
francés y el austriaco decidía la cesión de la ciudad véneta y parte de sus dominaciones
a Austria.
A partir de este momento la ciudad se convirtió, para la nueva sensibilidad romántica
que estaba naciendo, en el símbolo de la derrota, de la traición, de la caída y por lo tanto
evocadora de sentimientos de nostalgia, vacío y recuerdo de la grandeza pasada.
Además, el sentido de pérdida se acompaña, en la estética romántica a otras emociones
más fuertes que el ánimo humano experimenta frente la injusticia y la opresión. Por esto
la cesión Venecia se convierte también en la imagen de la patria traicionada, oprimida y
cautiva y por lo tanto despierta sentimientos nacionalistas como el orgullo de patria y la
necesidad de la afirmación identitaria frente al opresor.
Estos sentimientos no pueden no resonar en los ánimos de los intelectuales americanos
que visi tan la c iudad a p e sa r de que , c omo a fir m a J or g e M y e rs: “ no toda s las idea s de l roma nti c ism o e ur ope o e s tuvi e ron c ontenida s en é l [ e l roma nti c ism o a rge nti no] ”
3
.
El romanticismo europeo nace de un rechazo de la idea de arte como algo inmutable, y
determinado por reglas fijadas. Por lo tanto se desarrolla a partir de la oposición entre
esas dos actitudes, la romántica y la clásica, que representan más bien una lucha ínsita
en el espíritu humano y como afirma Ovie do “ de fine la tr a nsici ón del siglo XVIII al
siglo XIX ”
4
. De esta transformación resulta una crisis de valores que da origen al
movimiento romántico como exaltación de los sentimientos y de la fantasía individual y
que por lo tanto pone al centro de su estética toda libertad creadora. El contexto europeo
en el que se desarolla este movimiento cultural es el del Antiguo Régimen. Los ideales
3
J. Myers, «La revolución de las ideas: la generacion romántica de 1837 en la cultura y en la política
argentinas.», en: http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-revolucion-de-las-ideas-la-generacion-
romantica-de-1837-en-la-cultura-y-en-la-politica-argentinas/html/5cd91690-5257-11e1-b1fb-
00163ebf5e63_2.html#I_0_, el día 15.02.14.
4
J. M. Oviedo, «La larga hora romántica» en Historia de la literatura hispanoamericana/ 2, Alianza
Editorial, Madrid, 2005, pág. 14.
7
liberales y progresistas, las esperanzas de renovación de la revolución francesa han sido
traicionados por Napoleón antes, y luego suprimidos por el Congreso de Viena en 1814.
Por lo tanto el romanticismo europeo se articula en el ámbito de un sistema social y
político que se opone a todo tipo de renovación y de república.
Cuando llega a América el romanticismo “ se i mpl a nt a en una realidad histórica y
c ult ur a l que , e n e fe c to, e ra a jen a a la e u rope a ”
5
y por lo tanto “ ha bía e n e s te c onti ne nte
una r e a l n e c e sid a d de un c a mbi o”
6
.
Según Oviedo había en América, un irrefrenable movimiento hacia la libertad, debido a
la conclusión de un largo período de sumisión al imperio colonial, libertad que se
manifestó en el rechazo y en la necesidad de un cambio con respecto también al modelo
cultural de los conquistadores. Por esto la verdadera gran modificación que el
romanticismo sufrió al c ruz a r e l oc e a no e striba e n e l he c ho que “ la li be rt a d romá nti c a europea, que tenía clara motivación estética, se consolidaría en América con la
ne c e sidad polí ti c a ”
7
.
S e g ún M y e rs “ los mi e m br os de la p rimer a ge ne r a c ión romá nti c a fue ron u n pr oduc to de las condiciones imperantes en el Río de la Plata en los años inmediatamente posteriores
a la R e volución d e Ma y o ”
8
. Los antiguos virreinatos habían desaparecido para dejar
lugar a las nuevas repúblicas que estaban intentando construir su propria identidad
nacional. Por lo tanto si la emancipación política había sido alcanzada, ahora había que
construir la identitaria. Por eso el de la na c ión’ fu e un pr oblema tipicamente romántico
que acomunó a todos los escritores de la generación del 37 y que en Argentina se
int e nsifica ba no sólo por la “ indef ini c ión pr opria de un e stado re c iente ”
9
, sino también
por las condiciones culturales en las que se hallaba el estado. Myers opina que los
intelectuales argentinos:
Habían hallado un espacio cultural en gran medida «vacío» que parecía homologar la
imagen tan difundida entonces del territorio argentino como «desierto». En abierto
contraste con la situación cultural de otras regiones del antiguo imperio español,
como México, Perú, o aun Chile, el desarrollo intelectual y artístico de las provincias
ahora agrupadas en la nueva república rioplatense había sido casi nulo.
10
5
J. M. Oviedo, «La larga hora romántica» en Historia de la literatura hispanoamericana/ 2, ob. cit. Pág
15.
6
Ibidem.
7
Ibíd, pág.16.
8
J. Myers, «La revolución de las ideas: la generacion romántica de 1837 en la cultura y en la política
argentinas.», ob. cit.
9
Ibidem.
10
Ibidem.