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CAPÍTULO 1
ANDREA CAMILLERI
1.1. Notas biobibliográficas
Andrea Calogero Camilleri escritor, guionista y director de teatro y de
televisión siciliano, nació en Porto Empedocle (cerca de Agrigento) el 6 de
septiembre de 1925 y desde hace años vive en Roma. Todavía no había
concluido el bachillerato cuando asistió al desembarque de los americanos en
Sicilia en 1943 y este episodio lo impresió mucho, tanto que algunas de sus
obras del ciclo histórico están ambientadas en ese determinado momento
histórico.
Al poco tiempo, se fue a Roma y empezó a frecuentar la “Accademia
d’Arte Drammatica”, en la que muchos años después dará clases; a partir de
1949 comenzó a trabajar como director, autor y guionista para la televisión;
célebres son las series televisivas policíacas como la del teniente Sheridan y la
del comisario Maigret, y también para el teatro, sobre todo con obras de
Pirandello, Beckett y la representación de algunos poemas de Majakovskij.
Gracias a su experiencia en este campo ha escrito muchos ensayos
sobre el mundo del espectáculo. Con el paso del tiempo añade a estas
actividades también la de escritor; empieza a publicar sus primeros cuentos ya
en la posguerra en revistas y periódicos como L’Italia Socialista y L’Ora de
Palermo; pero si al principio se dedicaba a la escritura solo como pasatiempo,
cuando abandona su trabajo en el mundo del espectáculo esta actividad se
hace más intensa. Una serie de cuentos y poemas le valdrán el premio Saint
Vincent, en 1945.
El gran éxito le llega con la invención del personaje del comisario
Montalbano, protagonista de novelas que no abandonan las ambientaciones y
las atmósferas sicilianas y que no se dejan influir por motivaciones
comerciales. En efecto, después de Il corso delle cose (1978), que pasa casi
2
desaparecibida, publica en 1980 Un filo di fumo, la primera de una serie de
novelas ambientadas en la imaginaria ciudad de Vigata, a finales del siglo XIX y
principios del siglo XX.
La strage dimenticata (1984), que trata de dos tragedias de la historia
siciliana, dos insurrecciones, una en Porto Empedocle y otra en la pequeña isla
de Pantelleria, en las que murieron un centenar de personas y que fueron
“olvidadas”, porque en el mismo periodo ocurrieron otros acontecimientos
más importantes. En efecto, toda la historia está ambientada en 1848, el año
de las revoluciones en toda Europa, como él mismo afirma:
A me interessa che la seconda strage, quella della memoria, sia in qualche
modo riscattata. Ricordare gli avvenimenti, ricordare queste persone è un
piccolo atto nei loro confronti, è un piccolo modo per ricordare, per chiedere
scusa.
1
En todas estas novelas Camilleri muestra no solo una extraordinaria
capacidad inventiva, sino que es capaz de poner a sus personajes en un
ambiente totalmente imaginario y, al mismo tiempo, crear un nuevo lenguaje,
una nueva lengua que deriva del dialecto siciliano.
Además de las obras ambientadas en la Vigata del pasado (obras que
pertenecen al llamado ciclo histórico
2
), empieza a escribir novelas policíacas
ambientadas en la Vigata de hoy, con la invención del célebre comisario
Montalbano. En 1994 publica La forma dell’acqua, la primera obra de la serie
de novelas dedicas a las vicisitudes del comisario. Aquí empieza el verdadero
éxito de Camilleri y sus obras, también las del ciclo histórico, serán traducidas
en más de 30 idiomas.
1
A. Camilleri, La strage dimenticata, Palermo, Sellerio, 1984, p. 68
2
Las novelas que constituyen el denominado “ciclo histórico” son: Il corso delle cose (1978);
Un filo di fumo (1980); La strage dimenticata (1984); La stagione della caccia (1992); La bolla
di componenda (1993); Il Birraio di Preston (1995); La concessione del telefono (1998); La
mossa del cavallo (1999); La scomparsa di Patò (2000); Il re di Girgenti (2001); La presa di
Macallè (2003); Privo di titolo (2005); La pensione Eva (2006); Il nipote del Negus (2010); Gran
Circo Taddei e altre storie di Vigata (2011); La setta degli angeli (2011); La Regina di
Pomerania e altre storie di Vigata (2012).
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Montalbano es el protagonista de las novelas y de las historias
ambientadas en la Vigata contemporánea; y desde hace años las
investigaciones del sarcástico comisario, las atmósferas y el divertido lenguaje
italo-siculo de sus novelas y de sus personajes han fascinado a muchos
lectores.
El autor, cuando crea una obra nueva, privilegia el aspecto y el carácter
de los protagonistas. Frecuentemente sus personajes son divertidos e
irónicos, aunque también melancólicos, y esto sobre todo, por lo que
concierne al verdadero protagonista, el comisario Montalbano.
Cuando Camilleri empezó a escribir sus novelas, muchos editores no
estaban dispuestos a publicarlas por su “extraño” lenguaje; en efecto, su
primera novela, Un filo di fumo, fue publicada en 1980 por la editorial
Garzanti, con la condición de que se incluyese también un glosario para
explicar los términos sicilianos utilizados por el autor. Esta fue la única y
primera vez que un libro suyo debía tener un vocabulario, dado que muy
pronto sus lectores se acostumbraron a este lenguaje.
El uso del dialecto, por parte de Camilleri, podría provocar en el lector
problemas de comprensión, sobre todo cuando se usan términos
gráficamente diferentes a la equivalente forma italiana, palabras no
italianizadas o vocablos que no se pueden traducir en la lengua nacional
porque no hay un término con el significado correspondiente: seguramente el
más conocido es el verbo tambasiare, que no tiene ninguna traducción en
italiano, y será él mismo el que encuentra una solución para que el lector no
tenga problemas de comprensión
Tambasiàre era un verbo che gli piaceva, significava mettersi a girellare di
stanza in stanza senza uno scopo preciso, anzi occupandosi di cose futili.
3
En las novelas sobre el comisario Montalbano hay que subrayar el hecho
de que la comprensibilidad está favorecida por la recurrencia de situaciones y
3
A. Camilleri, La forma dell’acqua, Palermo, Sellerio, 2009, p. 166
4
personajes, del uso de un repertorio de temas, personajes e intervenciones
que ya el lector conoce.
El lector, para entender el significado de una palabra, principalmente,
hace recurso a la frase, al contexto; la lectura está facilitada, también, por la
presencia de un núcleo constante de términos sicilianos, como por ejemplo
taliata (mirada), cataminare (mover), càmmara (habitación), travagliu
(trabajo), etc..., o por la repetición de locuciones, refranes y frases hechas en
todas sus novelas.
El gran éxito de Camilleri ha suscitado opiniones discordantes: al
principio fue subestimado y considerado un no-literario, un autor fácil,
popular; su éxito fue considerado un fenómeno momentáneo destinado a
apagarse. Fue juzgado según una visión académica, que relaciona la
simplicidad con el escaso valor artístico. Pero el constante favor del público
hacia sus libros ha inducido a críticos y literatos a hacer análisis más
minuciosos y a formular ideas, positivas o negativas que sean, basadas en una
evaluación más atenta de las novelas y del lenguaje utilizado.
Camilleri ha tenido mucho éxito por diferentes motivos que, a veces,
son contrapuestos: tiene la capacidad de inventar y contar historias
construyendo el aparato narrativo de modo espontáneo, sirviéndose de su
propia comicidad, pero al mismo tiempo mezclando simplicidad y elegancia
estilística, risas e ironía, estructuras narrativas originales, lengua culta y
popular, italiano y dialecto; sabe tratar temas difíciles con un tono irónico y
juntar la historia a la invención y a los relatos de las vicisitudes cotidianas; su
particular lenguaje, en el que se funde el italiano con el siciliano, no ha
recluido su obra en un ámbito regional, sino que ha contribuido a la expansión
del siciliano en todo el territorio nacional.
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CAPÍTULO 2
LA SERIE DE NOVELAS PROTAGONIZADAS POR EL COMISARIO MONTALBANO
2.1. El género policíaco en narrativa
Giuseppe Petronio, en Il punto su: Il romanzo poliziesco, intenta dar una
definición de este género literario, aclarando la dificultad de ofrecer una
explicación: “lo debbo definire, a evitare confusioni. Anche se definire [...] è
difficile, assai difficile”.
4
Petronio analiza el género policíaco, partiendo de la
diferencia de la denominación en los diferentes países
5
; el crítico nota que el
aspecto subrayado por estas lenguas es el crimen, o la investigación o el
misterio:
Il che significa con altre parole che un romanzo o una novella “gialla” è il
racconto, più o meno ampio e circostanziato, di un delitto, per lo più un
omicidio, e delle indagini che qualcuno compie a risolvere il mistero, fino alla
soluzione del caso.
6
En el periodo de mayor éxito de este género, es decir, hacia la mitad del
siglo XIX, muchos empezaron a escribir las reglas a las que debía atenerse una
novela policíaca. El escritor Austin Freeman en 1924, en su ensayo The Art of
the Detective Story, hacía una síntesis sobre qué era una novela policíaca:
La qualità tipica di una storia poliziesca, la caratteristica per cui si differenzia da
tutti gli altri generi letterari, consiste nell’offrire al lettore [...] una soddisfazione
intellettuale. Non per questo deve essere priva delle altre qualità, che sono
appannaggio di ogni buona letteratura… ma tutte queste qualità sono
secondarie e subordinate all’interesse intellettuale, al quale devono,
all’occorrenza, essere sacrificate.
7
4
G. Petronio, Il punto su: il romanzo poliziesco, Bari, Universale Laterza, 1985, p. 15
5
«Vediamo come il giallo è chiamato nelle diverse famiglie linguistiche. Noi, gli italiani, […]
diciamo romanzo poliziesco, come i francesi che parlano anch’essi di roman polizie; […] in
Spagna viene chiamata Novela policíaca. I tedeschi invece lo dicono Kriminalroman […]. Gli
anglosassoni hanno una scelta più varia: parlano di Mistery, di Detective Story, di Crime o
Crime Story […]», ivi, p. 16
6
Ivi, p. 17
7
A. Freeman, The art of the detective story, en T. Narcejac, Il romanzo poliziesco, Milano,
Garzanti, 1976, p. 40
6
Siempre según la opinión de Freeman, el autor que aborda el género
policíaco tiene que tener cualidades incompatibles entre ellas, es decir, tiene
que ser ingenioso, dado que la policíaca es una obra de imaginación; tiene
que ser lógico, porque se funda sobre los razonamientos; y, por último, tiene
que ser un hombre de ciencia, porque el misterio depende de conocimientos
científicos minuciosos.
Con respecto a la construcción de la novela policíaca, Freeman afirma
que hay cuatro etapas, es decir, la enunciación del problema, luego la
presentación de los hechos para encontrar la solución, sucesivamente, el
desarrollo de la investigación con la solución y, al final, la discusión de los
indicios y la demostración.
8
Por lo tanto, una novela policíaca empieza con un
delito; a partir de esta situación misteriosa, comienza la indagación; el
investigador recorre un camino lleno de indicios, informaciones o amagos que
generan dudas y que necesitan aclaraciones. Gracias a la imaginación, la
racionalidad, la determinación del investigador, se sabrá la identidad del
culpable y el investigador reconstruirá el orden de los acontecimientos.
Desde la mitad del siglo XIX hasta los años cuarenta del siglo XX, este
género estaba considerado como un relato científico, porque se exaltaba este
aspecto, que parecía importante; en efecto los autores franceses hablando de
las obras policíacas a la inglesa, decían: «Il romanzo poliziesco è un racconto
teso innanzitutto alla scoperta metodica e graduale, con mezzi razionali, delle
circostanze esatte di un avvenimento misterioso»
9
.
S.S. Van Dine en 1928 escribió un artículo en American Magazine, en
donde daba veinte reglas para escribir una buena novela policíaca; el famoso
artículo empezaba afirmando que
El relato policíaco es una especie de juego intelectual. Es más, llega a ser un
acontecimiento deportivo. Y para escribir historias policíacas hay unas leyes
8
T. Narcejac, Il romanzo..., cit. pp. 44-45
9
R. Messac, Le détective novel et l’influence de la pensée scientifique, 1929, ivi, p. 27
7
muy definidas, quizá no escritas, pero obligatorias; y cualquier maquinador de
misterios literarios que se precie trabaja sobre esta base.
10
Algunas de estas reglas todavía la respetan los autores del género
policíaco, como por ejemplo la de que debe existir un solo detective
protagonista, para que sea solo él quien conduce la investigación; o que el
lector debe tener las mismas oportunidades que el detective para resolver el
misterio y que «no se debe hacer caer al lector en ninguna trampa o despiste
que no sean legítimamente puestos por el criminal al propio detective»
11
En cambio hay reglas que ya están superadas; en efecto, según Van
Dine, en una buena novela policíaca no debe haber ninguna intriga amorosa:
en las novelas de Camilleri, y no solo en las suyas, esta regla no es respetada,
ya que el mismo comisario tiene una novia y el elemento amoroso está
siempre presente.
Existe, además, una regla que afirma que en una novela policíaca ha de
haber siempre un cadáver, sin embargo La pazienza del ragno es la única de la
serie del comisario Montalbano sin un “morto ammazzato”. En otra se afirma
que:
Una novela policíaca no debe contener largos pasajes descriptivos, ni profusión
de adornos literarios, ni trabajados análisis de carácteres, ni preocupaciones
“atmosféricas”.
12
Por lo que concierne a nuestro autor, hay páginas enteras con
descripciones de ambientes, habitaciones y paisajes; se analiza el carácter de
los personajes y se da mucha relevancia a la “preocupación atmosférica”, ya
que el humor del comisario cambia con el tiempo. Según Van Dine «el
problema del crimen debe ser resuelto con medios estrictamente
10
SS Van Dine y sus “veinte reglas para escribir una historia de detectives”, en
www.detectivestartessos.es, consultado el 25/10/2011
11
Ivi.
12
Ivi.
8
racionales»
13
: en muchas obras de la serie de Montalbano el comisario llega a
la solución gracias a una intuición o una revelación.
Camilleri no es el único que no respeta estas reglas, muchos otros
escritores han utilizado intrigas amorosas o crímenes sin cadáveres, pero en el
periodo de las dos grandes guerras, se consideraba que una buena novela
policíaca debía tener estas características.
Como se decía anteriormente, el policíaco es un género muy joven,
nacido a mediados del siglo XIX, dio sus primeros pasos en un clima de
desarrollo de la ciencia, y Charles Darwin es el emblema; la consideración
hacia la sociedad y el análisis de esta (el positivismo); el desarrollo de las
grandes ciudades y la institución de la policía, y por lo tanto la importancia
que adquiere el personaje del policía; y el nacimiento de la antropología
criminal, que intentaba estudiar el crimen, al delincuente y la técnica de
investigación. Así nace la novela policíaca, y su protagonista no puede ser un
simple policía, sino un genio, un hombre superior mentalmente y
culturalmente con respecto a los hombre comunes.
Edgar Allan Poe se puede considerar el padre de este género narrativo, y
The murders in the Rue Morgue de 1841 (Los crímenes de la calle Morgue) el
primer cuento policíaco; por lo tanto, Auguste Dupin, el protagonista de estos
primeros cuentos, es el padre de todos los detectives de la historia. En las
novelas y en los cuentos policíacos de Poe, el héroe soluciona el caso solo a
través de sus capacidades deductivas:
Poe [...] (dimostra) che le azioni umane obbediscono a leggi, né più né meno dei
fenomeni fisici, e quindi sono prevedibili, si possono «dedurre», e perciò il
mistero non è che un’apparenza: per risolverlo sarà sufficiente ragionare
correttamente. Eccoci nel cuore del romanzo poliziesco.
14
Poe ambienta sus aventuras en París y, justo un francés será su
heredero, Emilie Gaboriau, que creará el personaje de Monsieur Lecoq, un
detective cuya mentalidad criminal le permitirá, durante sus investigaciones,
13
Ivi.
14
T. Narcejac, Il romanzo…., cit. pp. 19-20
9
entender la lógica de los delincuentes y resolver los casos. Monsieur Lecoq
hizo su primera aparición en 1863 en el periódico francés Pays, que publicaba
en folletín las aventuras del detective. Se puede decir que Gaboriau fue una
fuente de inspiración para el detective más célebre de la historia, o sea,
Sherlock Holmes
15
: creado por Sir Arthur Conan Doyle, aparece por primera
vez en 1887 en Estudio en escarlata.
Sherlock Holmes se distingue por su inteligencia y, gracias al uso de la
observación y del razonamiento deductivo, resolverá muchos casos. El
detective inglés fue el primero en utilizar el método científico y dar
popularidad a la criminología. Muy importante para Sherlock Holmes es la
distinción entre los detalles y la deducción: basa su método en la acumulación
de pruebas (que lo ayudan a sacar conclusiones preliminares), pero solamente
gracias al conocimiento de algunos aspectos de las vicisitudes puede hallar
conclusiones definitivas. Es el icono del investigador, influirá en los escritores
de novelas policíacas posteriores
16
, y seguramente su célebre frase
“elemental, mi querido Watson”, es conocida por todo el mundo.
Aunque fue William Wilkie Collins el primer inglés en escribir novelas
policíacas, su personaje nunca tuvo la celebridad de Sherlock Holmes; pero un
elemento importante planteado por William Wilkie Collins es la regla de la
honestidad con el lector: en efecto, el autor proporcionaba en los primeros
capítulos los elementos necesarios para resolver el caso.
17
En 1907 Richard Austin Freeman crea el primer investigador científico,
John Thorndyke. Y tan importante será el elemento científico, que Freeman
construyó en su propia casa un laboratorio para experimentar las soluciones
antes de ponerlas en sus novelas.
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Thorndyke empieza sus investigaciones
analizando los elementos físicos, que pueden servir para resolver el caso,
como las impresiones dactilares o los indicios dejados en el lugar del delito, de
15
R. Lai, The Monsieur Lecoq chronology, en www.pjfarmer.com, consultado el 27/03/2012
16
Vid. C. Ying Yang, Eduardo Mendoza y la búsqueda de una nueva novela policíaca española,
Madrid, Editorial Pliegos, 2000, p. 20
17
Storia, en www.ilromanzopoliziesco.it, consultado el 27/01/2012
18
Ivi.