Roma vs. Jesús de Nazaret. Estudio jurídico de un proceso histórico

Desde el punto de vista jurídico, el principal problema que se plantea en este momento es tratar de determinar si la sesión reseñada fue verdaderamente un juicio o no, y en caso negativo, tratar de precisar la naturaleza jurídica de aquellas actuaciones. Desde luego, la tesis de que el Sanedrín condenara formalmente al Profeta de Nazaret en un proceso legal se presenta llena de obstáculos a la luz del Derecho penal y procesal judío tal y como figura en los textos misnaicos. Las irregularidades son tantas y tan variadas que han hecho dudar a muchos de la realidad histórica de este proceso.
Pero hagamos un breve resumen de las mismas. En primer lugar, una sesión formal del Sanedrín debía celebrarse en cierta dependencia aneja al Templo, en la llamada "Sala del Consejo" según Josefo y "Sala de la piedra cuadrada" en la denominación de la Misná. El emplazamiento de este lugar es inseguro, pero en todo caso se sabe que era un centro de carácter público. En cambio, los evangelios afirman -como hemos visto- que el detenido fue interrogado en el domicilio privado de Anás y/o Caifás, lo que parece algo del todo improcedente, siempre según los criterios expuestos. Es posible pensar que las autoridades querrían evitar el revuelo que podría formarse en caso de conducir a Jesús al Templo, en cuyos alrededores podrían hallarse peregrinos que pasaban en vela la noche de Pascua. Sin embargo, el hecho es que, como ya se ha dicho, se desconoce la existencia de juicios penales celebrados fuera de las dependencias oficiales judías.

En segundo lugar, resultaba ilegal que una sesión judicial del Sanedrín se celebrase de noche. Tal vez sea esta anomalía la que determina la más "razonable" versión de Lucas según la cual la sesión relevante fue la matutina. Pero hay que recordar el carácter secundario del tercer evangelista y su fino sentido de lo jurídico, que puede estar corrigiendo por propia iniciativa una versión tradicional que a él le pareció poco verosímil. Por eso, esta versión, que corresponde a una lectura facilior, merece menos crédito. Con independencia de ello, en la Misná se prohibía severamente dictar una sentencia capital el mismo día de la vista del juicio, y, más aún, acabar la sesión de forma casi tumultuaria con una condena fulminante, como dan a entender los evangelios. Por el contrario, la sentencia debía de ser aplazada al menos veinticuatro horas, con el fin de madurar el sentido de la misma.
En otro sentido, había un precepto de la Misná que disponía lo siguiente: "No se puede juzgar a una tribu, ni a un falso profeta, ni a un sumo sacerdote a no ser por un tribunal de setenta y un miembros".
Teniendo en cuenta que Jesús tenía fama de profeta, y que su profetismo -como se verá- tuvo algo que ver en aquellas sesiones, no parece posible que se hubiera podido reunir el consejo en pleno con tanta precipitación y en una noche tan señalada.
Numerosos comentaristas insisten en que no todo el sector de los fariseos integrado en el Sanedrín participó en estos acontecimientos, por lo que resultaría inverosímil esa supuesta unanimidad.
Otras irregularidades no parecen tan graves. Se sabe, por ejemplo, que el Sanedrín solía dar advertencias a los reos antes de condenarlos a penas más severas. Pero puede pensarse que con Jesús se empleó un rigor inusitado, que cabría explicar por los antecedentes que supuestamente avalaban la peligrosidad del mismo. Según la Misná, en una sesión oficial, el veredicto debía ser votado por orden de antigüedad de los jueces, empezando por los más jóvenes, para preservar la independencia de criterio de éstos y evitar que fueran influidos por el sentido del voto de los más veteranos. En cambio, en el proceso de Jesús es el Sumo Sacerdote el que prácticamente toma la decisión de "condenar", arrastrando precipitadamente al resto de los consejeros. Más grave es el hecho de que estuviera totalmente vedado incoar un proceso penal en plena fiesta o víspera de fiesta, como ocurrió en este caso. Por otro lado, en los relatos del NT no hay mención alguna a los ritos y oraciones que debían preceder a la sesión judicial, ni se cita el "sumario" que debía prepararse por un secretario antes de la vista, sino que las acusaciones parecen improvisarse sobre la marcha.