El Manuscrito de piedra: la compleja relación entre Historia y literatura en la narrativa actual

Muchos escritores entre el 98 y principios del nuevo siglo contribuyen a la evolución del subgénero, profundizando en las luchas entre liberales y carlistas pero de modo más oscuro y pesimista que Galdós. En efecto, la novela finisecular, siguiendo en línea general el ejemplo de la novela realista, se interesa por los hechos históricos cercanos. Entre los ejemplos más destacables, las Memorias de un hombre de acción de Pío Baroja, cuyo personaje principal es el conspirador Eugenio de Aviraneta, antepasado del autor, y las trilogías La guerra carlista y El ruedo ibérico de Ramón María del Valle – Inclán que tratan del reinado de Isabel II. Pero la Guerra Civil marca el comienzo de un periodo largo y difícil para el país que conlleva secuelas sociales, políticas y económicas graves. El conflicto que se desencadena- en 1936, a causa del alzamiento del ejército contra el gobierno de la Segunda República Española, termina en 1939 con el último parte de Guerra firmado por Francisco Franco, declarando su victoria y el comienzo de una dictadura que duraría hasta 1975. Claramente, la vida intelectual y literaria española salen bastante empobrecidas por el conflicto. La verdadera historia de la guerra civil y del país en este particular período histórico tardará en ser escrita objetivamente. Entre los cronistas oficiales del Régimen, Manuel Aznar, por ejemplo, describe y adula al general Franco como “una rara mixtura de energía indomable y de flexibilidad humana, de audacia juvenil y de reflexiva prudencia”.