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1. INTRODUCCIÓN Y JUSTIFICACIÓN DEL TFM
1.1. Introducción
La evolución de los sistemas educativos en el nuevo milenio ha estado profundamente
marcada por las encuestas comparativas del informe PISA sobre las competencias
lingüísticas y matemáticas de los estudiantes a partir de 16 años en los países de la
OCDE, Organización Para La Cooperación y el Desarrollo Económicos.
Los profesionales de la educación, administradores, docentes y también las familias
se han convencido de que los diferentes resultados de aprendizaje de los alumnos
dependen de la calidad de la enseñanza y la programación. El individuo aprende de
forma continua, antes de comenzar la escuela, durante y después. ¿Cuál es entonces
la particularidad de la educación escolar? La respuesta radica en el hecho de que este
tipo de aprendizaje es organizado, buscado y perseguido, no improvisado, ciego o al
azar.
La complejidad del trabajo del docente aparece ya en las finalidades educativas
generales: asegurar a todos y a cada uno el mejor sobre aprendizaje mediante el
desarrollo de su potencial y el respeto de sus características personales. Dada la
enorme diversidad entre los estudiantes ¿Cómo se puede determinar una formación
válida para todos?
En la escuela hay unas variables que pueden causar incertidumbre en el profesor: el
conocimiento, las actitudes, los comportamientos, las relaciones, los recursos, etc.
que son elementos de un proceso que se presenta siempre diferente y que el profesor
debe llevar a un "producto" mínimo garantizado para todos (conocimientos,
habilidades y destrezas básicas) y al mismo tiempo adecuado para cada estudiante,
diferenciado y personalizado. En este contexto, el profesor desempeña una variedad
de funciones, ya que es él quien el que repara, que regula y evalúa los procesos
educativos. El profesor no es un artista que plasma la mente, sino un profesional que
interviene de manera sistemática a través de itinerarios educativos orientados al
dominio, por el estudiante, de las habilidades básicas (conocimientos, actitudes) las
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competencias complejas (procesos, métodos, rutas). La enseñanza no se puede dejar
a la intuición, a la casualidad ni a la buena voluntad de cada profesor que debe ser
diseñada en intervenciones formativas de que se pueda evaluar su eficacia.
Programar, por lo tanto, significa reaccionar al individualismo generalizado, tener la
capacidad de pensar estratégicamente para organizar actividades, para elegir y
producir los materiales más apropiados, para definir los objetivos finales, intermedios
e inmediatos de la acción y proceder a una constante verificación de los resultados
obtenidos.
La programación didáctica, elaborada por los departamentos de coordinación
didáctica y aprobada por el Claustro de Profesorado, permite al profesor superar la
improvisación, la casualidad operativa y organizar las intervenciones educativas de
manera racional y coherente, organizar los contenidos y las diversas actividades
escolares. Asimismo, permite traducir las disciplinas culturales en las materias para
enseñar y para aprender, conciliar las reglas de la didáctica en general con las
condiciones de la enseñanza y del aprendizaje ya existentes. Mediante la
programación se adaptan los programas a la clase, se identifican las conexiones
indisciplinares y se eligen las metodologías que permiten facilitar el proceso de
aprendizaje.
La programación es el andamiaje de todo el aprendizaje y para realizarla los
educadores hacen uso de todas las herramientas que la ciencia moderna ofrece. Es
una herramienta indispensable para organizar actividades educativas, a través del
trabajo flexible y apropiado para los sujetos y los variables contextos de vida. La
programación es un instrumento de mediación que adapta el programa ministerial a
las necesidades de los alumnos. En las actividades escolares el profesor es el director
del programa y el estudiante es el actor de su proceso de formación. Los programas
no sólo tienen que estar estructurados psicológicamente y meticulosamente, sino
continuamente ajustados de acuerdo a la evolución del aprendizaje de los alumnos.
1.2. Justificación : ¿Para qué sirve programar?
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La programación es una valiosa herramienta de planificación que permite aumentar la
conciencia del profesor sobre su práctica educativa y favorecer el proceso de
enseñanza-aprendizaje. Le permite comprender qué hacer, decidir cómo hacerlo,
destacando los diferentes elementos constitutivos : espacio, tiempo , los objetivos ,
horarios de profesores y alumnos , los recursos humanos y los materiales disponibles
y necesarios.
La necesidad de una adecuada programación se justifica por diversas razones :
-ayuda a eliminar el azar y la improvisación.
-ayuda a eliminar los programas completos, ya que instaura una reflexión sobre la
secuenciación y temporalización de objetivos, contenidos y actividades.
- evita la pérdida de tiempo y el esfuerzo vano.
- permite sistematizar, ordenar y concretar lo establecido con carácter general
en los proyectos curriculares.
-permite adaptar el trabajo pedagógico a las características culturales y ambientales
del contexto.
Cada actividad de enseñanza se justifica sólo si es programada , en otras palabras, si
se incluye en un plan de trabajo al comienzo del año escolar y se modula en las
capacidades reales de los estudiantes, ya que nunca debemos olvidar que los
estudiantes son los destinatarios de la programación y de las actividades de los
docentes.
La ausencia de planificación, además de hacer más difícil el trabajo del docente,
desorienta a la clase y las actividades resultan dispersas y caóticas, a menudo mal
conectadas entre sí. El estudiante aprenderá de manera motivada si la programación
tiene una coherencia interna , y, finalmente, si realmente tiene en cuenta los
conocimientos previos del alumno. No debe ser el alumno quien el que se adapta al
programa, sino éste tendrá que adaptarse al alumno ya que el programa será
realizado con mayor rapidez por quién es más rápido en el aprendizaje y en cambio
será menos rápido para quién es más lento en el aprendizaje.
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En la programación los objetivos deben ser calibrados en los alumnos y
proporcionados a la situación inicial.
1.3 Mi historia de vida
Este trabajo toma como punto de partida la reflexión sobre mi experiencia como
alumna en el aprendizaje de lenguas extranjeras durante mis estudios escolares y
universitarios y luego mi actividad docente. Recuerdo perfectamente al colegio en el
cual cursé mis primeros estudios. Estaba situado en el centro de la ciudad de
Caserta. Tuve una buena base académica y me enseñaron a dar importancia a
valores como el sentido de la responsabilidad, de la constancia, del esfuerzo, de la
perseverancia y crearon en mí un hábito de estudios que me permitió continuar los
estudios universitarios. Recuerdo mi profesora de español durante los años de la
secundaria. Tenía la capacidad para inspirar amor y respeto en todos nosotros. Sus
clases eran interesantes, sabía explicar y hacer fáciles las cosas difíciles. Así, gracias
a su método de enseñanza, he aprendido que todo se puede esquematizar,
simplificar. He aprendido que no se puede aprender una lengua alejados de su
cultura, historia y tradiciones y que un alumno que estudia una lengua extranjera
refuerza también su lengua materna. Nunca nos limitábamos a copiar textos o hacer
ejercicios de gramática, sino unas actividades o tareas motivadoras como debates
entre los alumnos, entrevistas, escritura de unos artículos de prensa, la participación
a unos proyectos para tener contacto con estudiantes españoles. Al final de la carrera
universitaria viajé como au pair a España, en Madrid y pude practicar mi español.
Tuve el estímulo de unos profesores a ser autónoma y he aprendido que el método
comunicativo es fundamental durante el aprendizaje, a enfrentarme en las diferentes
situaciones comunicativas, a crecer como persona, a adquirir más seguridad mí
misma.
Mi experiencia como docente : Mi primera experiencia empezó en un colegio en la
ciudad de Caserta como docente de lengua castellana. Uno de mis temores iniciales
fue el de no poder ser un "buen profesor", es decir, de no ser capaz de comunicarse
con los alumnos. He tenido la oportunidad de aprender una buena práctica educativa,
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no al azar, sino siguiendo constantemente las instrucciones para una programación
de aula. Preparé la programación de lengua castellana para los alumnos de la etapa
de la ESO con el objetivo fundamental de desarrollar las competencias básicas. Por lo
tanto, he construido un sistema flexible y elástico que luego he adaptado día a día a
la realidad de la clase con la posibilidad de añadir en cada momento nuevos
contenidos.
2. DESCRIPCIÓN GENERAL DEL ESTUDIO
2.1. La finalidad y los objetivos del trabajo
La programación didáctica que se desarrolla en este trabajo fin de máster pertenece
al área de Lengua castellana y Literatura para primer y segundo curso de
Bachillerato.
Este estudio tiene por finalidad responder a dos tipos de preguntas :
1.Qué, cómo y cuándo enseñar
2.Qué, cómo y cuándo evaluar.
Tratando de contestar a estas preguntas, en mi programación didáctica he destacado
como elementos importantes :
-los objetivos -los contenidos -la metodología -los criterios de evaluación.
Los objetivos y los contenidos responden a la pregunta qué, y cuándo enseñar; las
orientaciones metodológicas responden a la pregunta cómo enseñar; los criterios de
evaluación,en cambio,responden a la pregunta qué, cómo y cuándo evaluar.
En la elaboración he tenido en cuenta que los alumnos de la etapa del Bachillerato,
entre los 17 y 19 años, se encuentran al final de la adolescencia, una etapa muy
difícil en la cual, sin embargo, han adquirido ya el pensamiento abstracto formal y
que consolidarán a lo largo del Bachillerato.
En una sociedad en la cual se asiste a continuos y profundos cambios es necesario
transmitir a estos alumnos unos conocimientos que les permitan integrarse de
manera constructiva en la sociedad, contribuir al desarrollo de sus capacidades de